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Mi base pedagógica
En mi escuelita acojo a niños y niñas desde una baja maternal hasta los 4 años de edad.
Mis cimientos están basados en la pedagogía Montessori, pero también en otras pedagogías como es Emmi Pickler y Reggio Emilia. Todas estas capaces de ayudar a nuestros niños y niñas a aprender y crecer.
En esta pedagogía el desarrollo infantil se estimula a través de la actividad libre, mediante un ambiente preparado que despierta el deseo por aprender (cuando la actividad es libre, se mantiene la motivación y a la vez la autodisciplina). El ambiente debe ser acogedor, adaptado y natural. Los materiales son instrumentos para despertar y desarrollar la capacidad innata de aprendizaje de los niños y las niñas.
Los peques, dentro de esta filosofía aprenden a tomar decisiones, a ser autónomos, a respetar los turnos y fomentar la paciencia, respetar a los compañeros y el material, a pedir ayuda cuando la necesitan, expresar sus deseos y sentimientos, entre otras cosas.

La vida práctica es una de las bases más fuertes de la pedagogía activa y
el método Montessori. Los niños y niñas aprenden a ser seres autónomos a través
de las tareas cotidianas, desde gatear y andar solos, hasta regar las plantas, ponerse
y quitarse los zapatos. El espacio esta preparado para que los niños y niñas
tengan todo a su alcance; ellos mismos eligen sus materiales y comienzan a
trabajar cada mañana. Los trabajos específicos de la vida práctica, como pelar
una mandarina, vestir y desvestir a las muñecas, usar una escoba o desabrochar
los botones de una camisa, no solo funcionan para cultivar destrezas como la
motricidad fina y la concentración, sino también para conectar al niño con su
mundo y aportarle confianza en su autonomía.

Las matemáticas están muy presentes en nuestra vida cotidiana, aunque a veces no lo vemos; desde medir cantidades para una receta, hasta organizar un armario utilizamos mates. En espacio luna Montessori, parto desde este lado práctico de la vida. Enseño desde lo concreto (el uso de formas para descubrir y aprender cantidades y tareas de volumen), hasta el abstracto (desde los símbolos y la asociación de sus cantidades, hasta llegar a las primeras operaciones matemáticas).


El área sensorial está integrada en toda la escuela. Los ambientes ordenados, llenos de luz y color. Y también se encuentra en los materiales táctiles y visuales que abren los sentidos de los niños donde experimentan y aprenden.

La conexión con
el mundo que nos rodea es uno de los pilares fundamentales de la pedagogía espacio
luna Montessori. Los niños y las niñas se conectan con su mundo y,
naturalmente, preguntan sobre él. En el área de cultura, los peques exploran su
mundo a través de materiales concretos y objetos físicos y reales. Aprenden
sobre el mundo de las plantas, los animales y las personas integrando las áreas
de ciencias naturales, ciencias sociales, música y arte.

La cooperación un valor muy importante especialmente durante la infancia. Con él aprenderán multitud de conductas positivas.
En Espacio Luna Montessori, trabajamos en equipo y nos ayudamos unos a otros para conseguir ciertas cosas. La generosidad y la colaboración son valores que desarrollamos en nuestro espacio. siempre usamos frases como: “¿Necesitas ayuda”? “necesito ayuda”.
Además, aprenderán a prestar atención y a observar las necesidades de los demás para poder ayudarles cuando lo necesiten.
Cooperar implica trabajar en conjunto por una mejoría, por sacar algo adelante. Si aprenden a cooperar serán capaces de ayudar a alguien.

Los niños y niñas empiezan a aprender lenguaje de forma natural antes incluso de su nacimiento. En espacio luna Montessori, el aprendizaje del lenguaje, la escritura y la lectura empiezan con el lenguaje oral. Desde lo más sencillo, como la repetición de instrucciones vinculados a lo físico, hasta historias y canciones, llegando a la escritura desde lo concreto, conectando los puntos hasta llegar a la lectura.

Sabemos que la mejor etapa para empezar a trabajar la inteligencia emocional es en edades muy tempranas, pues así, se pueden desarrollar las habilidades emocionales y sociales que conllevan la adquisición de la autoestima y el bienestar personal, muy necesarios en los primeros años de vida.
En espacio luna Montessori, conoceremos cuales son las emociones, aprendiendo a interpretarlas y expresarlas, dando herramientas para poder gestionarlas. (cansancio, conflictos, enfados, miedos, etc.), y nos iniciaremos en la relajación con todos los beneficios que ello conlleva.
Los lazos de empatía y ternura se afianzarán con cariño, con unos límites claros y firmes, con el acompañamiento respetuoso, con el apoyo a sus vivencias, reforzando positivamente sus habilidades, creatividad, pensamiento crítico y autonomía.
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